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jueves, 31 de diciembre de 2015

Ayuntamiento de Cádiz - Gabinete de Prensa

Ayuntamiento de Cádiz
   Gabinete de Prensa



Los hosteleros de San Francisco asumirán el coste de la instalación del tablao y la megafonía para la Pestiñada


La Peña Los Dedócratas sigue adelante con la celebración de su XXVIII Pestiñada Popular el día 9 de enero tras la mediación d el concejal de Fiestas, Adrián Martínez de Pinillos, junto al presidente de la entidad y al de la Federación Provincial de Peñas con los comerciantes
 

Cádiz, 31 de diciembre de 2015.  Hosteleros y comerciantes de la Plaza de San Francisco y zonas próximas asumirán el coste que supone la instalación del tablao y la megafonía para la celebración de la Pestiñada Popular de la Peña Los Dedócratas el próximo 9 de enero, escollo que había llevado a la entidad a plantear la suspensión del evento al no poder afrontarlo económicamente. El acuerdo con los negocios de la zona se cerró en la noche de ayer con la mediación del concejal de Fiestas, Adrián Martínez de Pinillos, que se reunió con hosteleros de la plaza junto al presidente de Los Dedócratas, Martín Periñán, y el de la Federación Provincial de Peñas, Manuel Jesús García Suero.
De este modo, Ayuntamiento, peña y federación salvaron anoche el único problema que ponía en peligro la celebración de la XXVIII Pestiñada Popular el próximo 9 de enero: el pago del coste de la instalación de todo lo relacionado con el escenario y la megafonía. El ofrecimiento del alcalde, José María González, a peña y federación para que el Ayuntamiento colaborara con ambas en la búsqueda de esa financiación entre los hosteleros acercó las posturas de ambas partes en la tarde de ayer y, finalmente, ha sido la opción que permitirá que se celebre el que es el primer acto gastronómico previo al inicio del Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval (COAC) que arrancará el 10 de enero.
Así, el Consistorio mantiene su aportación de 6.000 euros en forma de subvención a la celebración de este acto, la misma que en 2015, y los hosteleros y comerciantes de la zona aportarán diferentes cantidades que permitan costear el precio de instalación del tablao y la megafonía. La organización del evento correrá, como desde hace 28 años, a cargo de La Peña de Los Dedócratas.
Ayuntamiento, Peña de Los Dedócratas y Federación de Peñas agradecen la implicación de los hosteleros de la zona y su colaboración para que se pueda celebrar una fiesta que supone el arranque prácticamente del Carnaval de Cádiz. De igual manera, Consistorio, entidad y federación agradecen la buena predisposición de ambas partes para salvar este escollo y mantener así la Pestiñada en el calendario lúdico gaditano.
Cádiz, 31 de diciembre de 2015

El último lío, con la Pestiñá

El último lío, con la Pestiñá

La negativa de los Dedócratas de organizar el evento provoca una nueva polémica con el concejal Martínez de Pinillos y un principio de acuerdo .
P-M. Durio Cádiz | Actualizado 31.12.2015 - 09:47
El concejal de Fiestas, Adrián Martínez de Pinillos, bien podría ser el personaje antagónico al Rey Midas. Si la mitología griega otorga a este último el poder de convertir en oro todo lo que tocaba, la casuística está concediendo al primero la capacidad de originar una polémica allá donde interviene. Primero fue la supresión de la figura de las ninfas, luego la controversia sobre la entrada de las radios privadas en el Falla, más tarde el proceso de selección de las ninfas... Y el último capítulo de Martínez de Pinillos (por ahora) está relacionado con la celebración de la Pestiñá la noche previa al inicio del Concurso de Agrupaciones del Falla.
Hace hoy una semana anunciaba la peña Los Dedócratas que renunciaba a la organización de este evento gastronómico. Un desfase económico de 1.000 euros entre lo que la peña solicitaba de ayuda al Ayuntamiento y lo que éste le concedía (6.000 euros) impedía a la entidad con sede en la calle Rosario a organizar la 28 edición, lo que el presidente acataba con resignación pero normalidad.
Hasta ahí, todo zanjado. Pero en el día de ayer se desencadenaron una serie de hechos que conviene abordar por separado.
Por orden cronológico, el alcalde sorprendía en una rueda de prensa anunciando su voluntad de que la Pestiñá se siga celebrando. "Nuestra voluntad es que no se pierda un evento tan importante", afirmaba José María González, que anunciaba que iba a hablar "personalmente" con el presidente de los Dedócratas para "reconducir la situación". "Nuestra ciudad no puede verse privada de un evento como la Pestiñá", decía el alcalde, reconociendo los beneficios de los negocios del entorno de San Francisco esa noche de sábado (el día 9, en el caso de la próxima edición).
Casi al mismo tiempo en que González hacía estas declaraciones planteando la posibilidad de que Cádiz pueda tener su Pestiñá -una semana después de que se anunciara su cancelación- el presidente de los Dedócratas, Martín Periñán, enviaba a los medios una dura "carta abierta" al concejal de Fiestas con la intención de poner "los puntos sobre las íes".
En ese escrito, entre otras críticas y quejas de Periñán contra Martínez de Pinillos -"desconozco la razón por la que se nos discrimina económicamente frente a eventos similares que no han sufrido recorte alguno respecto a la cantidad solicitada, de lo que usted debería dar oportuna información a través de las paredes de cristal que tanto se pregonan", le dice el presidente- , se indica que el concejal habría acudido el martes "inesperadamente" a la sede de los Dedócratas junto a la concejal Laura Jiménez y al jefe del Gabinete de Prensa, José Luis Porquicho, para intentar 'salvar' la Pestiñá. "Venía el concejal y su tropa a arrancar un sí como fuese, dejando a la peña en un segundo plano y poniendo en la mesa parte de los gastos", cuenta Periñán en su carta abierta, en la que además se refiere a la propuesta que habría lanzado el Ayuntamiento "con un esquema distinto al que esta peña ha venido utilizando y que a corto plazo se convertiría en la Pestiñada del Ayuntamiento". "Esto se llama usurpación y sepa que no consentiremos tal usurpación de algo que es patrimonio de nuestra peña y que hemos venido realizando durante 27 años con un esquema propio", lanzaba Periñán.
Ya por la tarde, el Ayuntamiento anunciaba que el alcalde y el presidente de los Dedócratas habían mantenido un encuentro en el que las relaciones se habían encauzado y en el que la celebración de la Pestiñá se había presentado como objetivo común. El acuerdo alcanzado entre las partes era de buscar esos 1.000 euros que hoy imposibilitan celebrar el evento el sábado 9 de enero se buscaran mediante financiación privada, ajena al Ayuntamiento. Y en virtud a ese nuevo cauce que tomaba la Pestiñá 2016, Martín Periñán y Martínez de Pinillos tenían previsto verse de nuevo las caras ayer mismo para empezar a trabajar en ese intento a la desesperada de que dentro de diez días haya pestiños gratis en San Francisco. Vaya lío. 

viernes, 20 de noviembre de 2015

domingo, 18 de octubre de 2015

CIUDADANOS DE CÁDIZ : José María Jurado Magdaleno

José María Jurado Magdaleno. Ex Decano de Ciencias de la Educación

"Siempre me opuse al traslado de Magisterio a Puerto Real"

Recuerda la historia de cómo Cádiz perdió este centro universitario y muestra su esperanza por el regreso.
J. M. Sánchez Reyes | DIARIO DE CÁDIZ 18.10.2015
José María Jurado es socio fundador de la Peña "Los Dedócratas"


LA vida de José María Jurado ha transcurrido entre la escuela (ahora facultad) de Magisterio, la enseñanza del inglés y el estudio de la historia del Carnaval de Cádiz. De sus dos pasiones nos habla en esta entrevista.

-Se resistió a dejar la docencia, pero se puede decir que ya está usted jubilado.
-Me propusieron la figura del colaborador honorario. Es una idea nueva que te posibilita poder seguir y no acabar bruscamente, porque siempre hay proyectos pendientes. Eso se renueva cada año. Voy a ceder ya la mesa y el ordenador. En el último año no lo solicité.

-Fue el último director de la Escuela Universitaria del Profesorado y el primer decano de la Facultad de Ciencias de la Información, Magisterio para los amigos. ¿Cómo vivió el cambio?, ¿y el traslado a Puerto Real?
-Queríamos cambiar a Facultad. Lo conseguimos. Había que renovarse. Para ello teníamos que lograr una licenciatura y llegó la de Psicopedagogía. El cambio vino ya estando en Puerto Real. El traslado se votó en claustro. Sólo dos votamos en contra de irnos a Puerto Real. Los demás nos dieron una bronca... El edificio en el Campus estaba pensado para trasladar Filosofía y Letras. Pero se quedaron en los antiguos cuarteles. Aquello no estaba preparado. Ese edificio del Campus no tiene cimientos, está montado sobre una plataforma. Algunas veces me asustaba. Tenía puesto testigos en algunas grietas. Hombre, entre lo que teníamos en Cádiz, casi sin sitio, y este edificio, la diferencia era importante. Eso es verdad. Pero allí perdíamos el contacto con todo. Eso estaba aislado. No había ni para tomarse un café fuera. El colegio más cercano para llevar a los alumnos estaba lejos. Cualquier cosa que se programaba había que hacerla en Cádiz. Fui a hablar hasta con Carlos Díaz.

-¿Y?
-No pudo hacer nada para impedir el traslado. Desde entonces no paré de oponerme. Siempre he estado pendiente de la posibilidad de volver a Cádiz. Recuerdo que cuando el presidente de Diputación era Rafael Román, fui a verle para pedirle Valcárcel. Pero aquello se estropeó. Román dijo que se podía estudiar la cosa. Sólo me quedaba hablar con el rector, Martínez Massanet. Pero me dijo que no, que ahí iban a poner el Rectorado. Lo dijo en la prensa y Román se enfadó. Porque el edificio no era de la UCA y el rector no podía disponer de él. Aquello quedó en nada. Y luego empezó a hablarse de un hotel. Hasta que me aburrí.

-¿Qué opina ahora sobre el posible regreso de Magisterio a Cádiz?
-Ojalá ocurra. Se ha hablado de muchos sitios. El Olivillo entre ellos. Si Magisterio se viene a Cádiz, el edificio de Puerto Real se queda vacío. Es cierto. Pero no habría problemas. En cuanto viniera la titulación de Educación Física, que vino, era un sitio ideal por el espacio y las pistas. Y aprovecharse para la flotilla de embarcaciones de Náuticas. Ese trajín me costó la salud. Un estrés enorme. Tenía hablado con la Marina de San Fernando y el alcalde de Puerto Real, Barroso, utilizar aquello de alguna forma para no quedarse en desuso. Educación Física orientada al mar no lo hay en ningún sitio. Y el Campus es un sitio ideal.

-¿Le gusta Valcárcel como ubicación?
-Está bien. Tiene estructura docente. Muy aprovechable la parte donde estaban los talleres. Mi idea era abrir por detrás. Y si 2.000 alumnos están entrando por La Viña, el beneficio para el barrio sería enorme. Creo que sí, que es aprovechable.

-Fue usted durante mucho tiempo secretario de la Fundación del Museo del Carnaval representando a la Universidad de Cádiz. ¿Hay muchos temas inconfesables entre lo que se trataba ahí dentro?
-Más que temas inconfesables, las actitudes. Muchas reuniones eran programas de prensa rosa, llenas de gritos entre los representantes políticos. La alcaldesa y la Junta y Diputación enfrente. De vergüenza ajena. Acabó siendo un desastre. En los últimos tiempos, Teófila Martínez propuso una fundación municipal al ver que casi todos se rajaban a la hora de poner dinero. La Fundación 1884 sigue existiendo. Ahora, con el cambio político no sé qué puede ocurrir.

-Debió ser frustrante para usted ver pasar los años sin avances en el Museo.
-Sí, frustrante. Esa es la palabra. Del Museo se hablaba ya hace 30 años. Más bien, un Centro de Estudios. Luego los mayores impulsores fueron Valdivia y Martínez Ares. Con el apoyo de la consejera de Cultura, Carmen Calvo. Pero no hubo manera.

-¿Por qué cree que no se ha avanzado en el Museo del Carnaval?
-No tenía sentido reunirnos una vez al año. El Ayuntamiento en un principio no apostaba por esto, quería ponerlo en las casamatas del Baluarte de la Candelaria. Luego se dio un impulso con el concurso de ideas. Que, por cierto, no se le ha pagado al arquitecto que ganó. Teófila Martínez vio rédito electoral y se hizo el concurso. También hay que decir que ella siempre estaba en las reuniones, no delegaba como otros patronos. Pero su discurso era siempre el mismo. Nadie se preocupó de verdad durante años. Se cogió con mucha fuerza y luego se fueron enfriando los patronos.

-El Ayuntamiento actual apuesta por reutilizar un espacio vacío donde ubicar el Museo. ¿Es usted partidario de esta idea o de construir un nuevo edificio?
-Debe ser un edificio construido. Es muy difícil adaptarse a un edificio ya hecho. Hombre, si queremos algo estático y meramente expositivo, vale cualquier edificio. Pero esa no es la idea que se tenía., sino algo moderno, dinámico, interactivo. Evidentemente, con una zona de documentación.

-¿Debe estar en La Viña?
-Parece que se ha amarrado la idea al barrio de La Viña. Me da igual donde esté. Bueno, en Cortadura no pega. Al menos que esté en el casco histórico.

-Mientras, el Aula de Cultura, de la que usted fue cofundador, sigue investigando y acopiando material para el futuro Museo. ¿Cuesta trabajo hacerlo sin tener el Museo en el horizonte?
-Ahora estoy apartado del Aula. Ha tomado un rumbo del que tengo mi opinión particular. Hace actividades que no le corresponde. No debería ser otro grupo de los que quieren entrar en el Patronato a organizar el Concurso o la fiesta de la calle. ¿En la Fundación del Museo? Ahí sí tendría sentido. El Aula debe hacer trabajos de recopilación, de estudios. Y tener más presencia en la organización del Congreso del Carnaval. El Aula, todo hay que decirlo, está realizando el trabajo de recopilar que debía hacer la Fundación del Museo.

-Una corta vida carnavalesca en agrupaciones, pero con dos primeros premios, el de coros con 'Los pequeños cantores del Viena' en 1980 y el de 'Los llaveros solitarios' en 1984. Háblenos de aquella época.
-Vine a finales de los 70 después de vivir en Granada e Inglaterra. Un primo mío salía en el coro 'Los dedócratas' y a mí me gustaba ese ambiente. Vi al 'Poleo' por la calle y me dijo que sin problemas, que viniera a ensayar. Y así entré en 'Los pequeños cantores del Viena'. Luego estuve en 'La corporación bajo mazas'. En el 83 y 84 hicimos chirigotas, las más malas del mundo, pero muy divertidas: 'Las cortinas del Falla' y 'Las hierbas salvajes del doctor Morsegué'. Después, en el 84, a los de Paco Rosado le faltaban gente y me propuso unir partes de los dos grupos. Hicimos 'Los llaveros solitarios' en 20 días y ganamos el primer premio. Dejé el Carnaval cuando vinieron los niños. No era compatible ya con mi vida familiar.

-Estuvo entonces muy vinculado a la organización del Concurso.
-El reglamento actual es resto histórico de uno que hicimos Pedro Romero, Pepe Scapachini, Paco Rosado y yo. Entonces se hablaba de que el reglamento no era objetivo, que era muy generalista. No estaba definido lo que era un cuplé o un tango. Queríamos que fuera objetivo, pero que durara poco. Y cuando se viera que eso era imposible, tan numérico, que se cayera por su propio peso. Pero ha seguido hasta nuestros días.

-¿Está usted en contra del exceso de puntuación y números en el COAC?
-Es necesario, aunque no me guste. Hay tantas agrupaciones, que no se pueden diferenciar entre buena, mala o regular. Pero hay otros aspectos en los que no hay lógica. Ejemplo: para qué se gasta una agrupación 12.000 euros en decorados si eso después influye lo mínimo en la puntuación.

-Fue integrante de la Fundación Gaditana del Carnaval, presidente y vocal del jurado del COAC, articulista en varios medios, habitual conferenciante en los congresos carnavalescos... Una voz autorizada para analizar cómo ha evolucionado la fiesta en los últimos tiempos.
-En cuanto a la calle, el esquema ha variado poco. Sigue habiendo cabalgata, baile por tanguillos, que no me gusta nada, baile en la carpa. Ha cambiado la actitud de la gente, que viene a emborracharse. Eso no se ha podido atajar.

-¿Y el Concurso?
-Eso ha cambiado bastante. Se habla mucho de la fiesta de la transgresión o la libertad. No es cierto. El Concurso está encorsetado. Es un caos la mar de organizado. ¿Eso es bueno o malo? Yo no estoy en contra. Pero que no se hable de transgredir. ¿En las letras? Ridiculizar a un personaje público se hace todos los días en España. Es difícil sorprender. No hay censura alguna, pero no hay transgresión. Ahora bien, el Concurso es importante para la proyección de Cádiz. Lo más importante para los medios de comunicación de España es el COAC, no el Carnaval ni el segundo puente. Ojalá esta ciudad fuera famosa por tener mucho trabajo. Pero lo único que tenemos, no lo vamos a quitar ni a reducir.

-¿Qué opinión le merece la final con cuatro agrupaciones?
-No es nuevo. Creo que es una manera de que el partido del alcalde deje su marca. Había que cambiar algo y ha sido esto. Ahora terminará la final más tarde. La última final a cuatro fue en 2007. Creo recordar que se cambió a tres porque las agrupaciones no querían cantar a las tantas. Por desgracia, la final a las dos de la mañana ya tiene a gente durmiendo. Y todas las agrupaciones llevan un gran escenario. Es casi imposible aligerar. Entre los descansos y los montajes es complicado. Hay que estudiarlo bien. Falta dinamismo. Y eso de la necesidad o 'tradición' de comer churros tras la final es un argumento bastante flojo.

-Entre sus publicaciones se encuentra una biografía de Enrique Villegas.
-Fue algo un poco acelerado. Una vez el Pleno aprobó que a todo Hijo Adoptivo se le dedicara un libro. Y se le olvidó al PP. Querían que lo hiciera rápido. Unas 50 o 60 páginas, me dijeron. ¿Cómo? Si ese hombre merecía un tomo. Y ¡100 ejemplares! Yo les dije que sólo con la familia de Villegas se agotarían. El libro costó una gran bronca interna en el Ayuntamiento. Me planté porque las condiciones eran indignas. Por lo visto intervino la alcaldesa y aquello salió adelante. El libro era un homenaje. La vida particular no me interesaba, sólo la carnavalesca. Sacar el libro fue duro. Se peleaban entre Fiestas y Cultura por la financiación del libro. Y no se acabaron ahí las polémicas.

-Cuente, entonces.
-Cuando estaban listas las pruebas del libro me llamaron de Onda Cádiz para el programa de Germán García. Allí mostré la portada y la contraportada, en la que se veía a Villegas recibiendo la Medalla de Andalucía de manos de Manuel Chaves. Luego me llamó un pájaro del Ayuntamiento para decirme que "nosotros no vamos a pagar un libro en el que sale Chaves". Yo le pregunté que quiénes éramos 'nosotros'. La foto mostraba a un gaditano recibiendo la Medalla de Oro de Andalucía. Casi nada. Le dije que si tenían cojones que lo hicieran, que lo iba a contar a todo el mundo. Aquello quedó en nada.

-¿Qué aprendió del autor?
-Aprendí mucho de Villegas. Fue una experiencia muy gratificante. Ratifico que era un caballero, muy educado. Y tenía un sentido del humor como si fuera inglés. Y un gran sentido de la lealtad, de la amistad. En lo creativo fue un gran autor. Cuando se escribió la biografía era ya muy mayor, pero con una mente muy ágil. No fue capaz de contarme interioridades de la estancia de 'Los Beatles de Cádiz' en Madrid. Huía del morbo. Y a mí sólo me interesaban las agrupaciones.  




domingo, 20 de septiembre de 2015

CIUDADANOS DE CÁDIZ : PACO LEAL

  "Espero mucho del alcalde y de los jóvenes que han entrado con él"

Todoterreno. Paco Leal no tiene par. Es imposible en un hombre que tiene tanto que contar y que ha hecho mil cosas, todas relacionadas con la creatividad, ya sea en los fogones o en el Carnaval.
J.M. Sánchez Reyes | DIARIO DE CÁDIZ 20.09.2015
Paco Leal es Socio Numerario de la Peña "Los Dedócratas"
                                                                                                                                                                                                                                    
ACUDE a la entrevista con sombrero Panamá Jack, 'cubanita', pantalón fresquito y zapatos rojos que dice que son de Papa. Como si supervisara una plantación de tabaco. Es Paco Leal, el de la buena cocina, el de la desvergüenza callejera en Carnaval, el buscavidas o espíritu inquieto que no ha perdido el tiempo en sus 64 años de vida.
-Ahora beduino, usted es en realidad viñero.
-Eché los dientes en La Caleta. A mi madre le decían La Negra, de lo morena que estaba, porque se llevaba todo el año en la playa. Mi abuelo tenía un despacho de pan en Jesús, María y José. Mi abuelo venía cada mañana de El Laurel, porque el despacho de pan era una sucursal de esta panadería. Aparecía por la iglesia de la Palma y me daba una corbata, que era un bollo retorcido, especie de brioche crujiente, con sus positos de azúcar. O un platillo volante, otro bollo. ¡Qué olores los de La Viña! A una hora se tostaba café y a otra hora, pipas.
-Con qué cariño habla usted de su infancia, de La Viña.
-Tengo muchos recuerdos. La gente compraba lechugas con aceite y vinagre para ver las películas en el Cine Caleta. Y lo que llamábamos 'chicles', que eran tentáculos de pulpo asados que te duraban en la boca toda la película. Y recuerdo a El Millonario, que empezó con un puesto ambulante y que cuando le tocó el dinero compró uno nuevo y le puso luces que parecía eso Las Vegas. Fue una infancia muy bonita, pero también de mucha necesidad.
-Tiempos difíciles, sin duda.
-Y tanto. Mis tíos trabajan todos en la fábrica de cerveza y desde chico fui testigo del rapiñeo que existía entonces. Había que buscarse la vida. Conforme llegaban a casa las mujeres de la casa les iban quitando las fajas, y debajo de estas llevaban los quintos de cerveza que luego se vendían en la panadería. En aquella época los niños de La Viña eran todos fenicios. Todos vendían algo, como el 'grani', que era una granizada de pobres, sin hielo. Pedíamos a los ultramarinos las latas de tomate o atún y las lavábamos bien. Las llenábamos de agua y le echábamos un colorante, anilina, y azúcar. Se pasaba mucha necesidad. Se ganaba poco. Nos ayudaban los americanos que nos daban queso tipo bola, fideítos y leche en polvo. La leche de vaca no la probé hasta los 14 años. Y por la noche pan con manteca colorá y café. No veas las palizas que nos dábamos mi hermano y yo con los nervios del café.
-¿Por qué dejaron La Viña?
-Nos mudamos a Trille. Estábamos de prestado en casa de nuestros abuelos paternos. Mi madre pidió un piso y estuvo mucho tiempo yendo al Ayuntamiento. Los pisos se sorteaban y no se me olvidará nunca el grito que pegó mi madre cuando dijeron el nombre de mi padre en el sorteo. Todavía tiene que estar por ahí resonando. '¡Míoooooo!'. Con toda el alma. No he visto a mi madre más contenta que ese día.
-Por entonces, los niños trabajaban. ¿Ayudaba usted en casa?
-Ganaba más dinero que mi padre. Me echaba a la calle muy temprano. Lavaba el coche a los jugadores del Cádiz. Repartía nieve, medias, ponía en orden las latas de conservas y las papas en los ultramarinos y repartía mandaos. Limpiar durante el verano por la mañana, desde las seis, el Cine Delicias me permitía ir gratis por la noche y en invierno al Imperial. No me pagaban, pero lo que me encontrara era para mí. También recogí sellos de cartas en las basuras de los americanos que vivían en La Laguna, en los chalés. Los americanos que trabajaban en la Zona Franca importando y exportando. Las basuras olían tan bien comparadas con las nuestras... ¿Sabe por qué? Porque comían yogures, que aquí no se conocían. Nos encantaban los envases de los cereales, los que veíamos en las películas. No he hecho más que trabajar toda mi vida. 47 años cotizados sin faltar un solo día. Después la Medalla del Trabajo se la daban a Lina Morgan, pero bueno.
-¿Había tiempo para estudiar?
-Por aquella época nadie te orientaba. En La Viña estuve en la guardería de La Flor, en la esquina de Paraguay con San Bernardo. En Puerta Tierra entré en el Reyes Católicos. Los de San Felipe llevaban zapatos Gorila, y nosotros, los niños pobres, de goma. Nos daban ropa. Unos jerseys grises que igualaban a todos los niños. Aparecían misioneros para convencer a los niños. Uno fue a mi casa porque yo estaba medio convencido para irme. Y mi madre lo echó por las escaleras.
-Decía que no estaba usted bien orientado.
-Eso, eso. Con diez años acabé la escolaridad y debían habernos pasado al instituto, pero nadie nos orientó. Nos tuvieron hasta los 14 años en sexto repitiendo lo mismo. Los maestros no eran maestros, eran franquistas, mutilados de guerra algunos. Daban muchos cates. Luego, menos mal que un novio de mi tía vio en mí aptitudes y me inscribió en la Escuela de Comercio. Cuando acabé, me coloqué en una agencia de aduanas donde estuve treinta y tantos años. Pero como era un espíritu inquieto, hice otras cosas.
-Pues cuente.
-Mientras trabajaba, hice Magisterio por las tardes, especializado en expresión corporal. Y daba clases en colectivos pedagógicos e incluso en el instituto Rosario y el colegio Celestino Mutis. Sin que nadie me pagara una matrícula ni un libro. Siempre he sido autosuficiente. He hecho de todo. Hasta entrenador de hockey fui.
-Con tantas inquietudes, no le imagino en un monótono trabajo de oficinista durante tantos años.
-Pues me gustaba. Estaba muy integrado en la empresa. Era una cosa más de las que hacía y me servía como sustento fijo y para cotizar el día de mañana. En el muelle trabajé con José María Sánchez Casas, que iba siempre con un libro de Trosky bajo el brazo. Yo creo que tengo influencias suyas, porque soy más de izquierda que qué. Con él hice teatro. Estuve en varias compañías. Con Sánchez Casas en Quimera Teatro Popular, que todo aquello era del GRAPO. Yo era casi un niño y no me enteraba de eso.
-¿Cómo fue su paso a la hostelería?
-Con la apertura de las fronteras ya no tenía mucho sentido el trabajo de las agencias de aduanas. Viendo que aquello se acababa, abrí con Ignacio González, uno de los hijos de mi jefe, La Perola. En el 97. Nos metimos en una trampa grande sin un duro. Un trampón de 21 millones de pesetas, pero hubo quienes confiaron en nosotros. Fue un acto de valentía. No sabíamos cómo iba a salir eso. Me metí en la cocina y salió bien.
-La Perola fue pionera en cuidar el aspecto del establecimiento y renovar las cartas.
-Lo fue. Dimos un pelotazo. Queríamos algo diferente a un bar con azulejos y peste a meao. Las primeras tapas grandes las dimos nosotros. Con material comprado a diario en la Plaza.
-¿Sigue teniendo relación con La Perola?
-Sigo siendo socio, pero estoy jubilado. Me operaron de la espalda y ya no podía seguir el ritmo. Ahora somos tres socios.
-¿Qué le reportó esa experiencia?
-Muchas satisfacciones. Abrir una cosa desde el desconocimiento no era fácil. Hubo una época en que se puso tan de moda que había gente esperando en la puerta a que abriésemos. Me quedo con la satisfacción del cliente, pero el sacrificio ha sido enorme.
-¿Cómo ve la hostelería en la ciudad actualmente?
-Excesiva. Muchos bares abiertos por quienes han cogido una indemnización. Hay más oferta que demanda y así no pueden comer todos. Nadie de la hostelería dice que le va muy bien, pero es que todo es muy caro: camareros, seguros sociales, luz, agua, impuestos... Los gastos son enormes. En los meses de verano se aguanta con el turista. En invierno, cuando se quedan solo los de Cádiz, ni las moscas.
-También fue usted pionero... ¡usted es muy pionero!
-Jajajaja. Sí, pionero, pionero.
-En serio, fue pionero también en el Carnaval de la calle. Pero, ¿qué hacía usted antes, en las Fiestas Típicas?
-Me encantaba la ceremonia de coronación de la Reina. Me ponía debajo de las torretas de los cámaras de televisión y ahí me llevaba un día entero esperando, como ahora para ver a Alejandro Sanz. Las sillas eran para los concejales del Régimen, para los fachas y gente afín. El pueblo, detrás. Vi a José Luis Barcelona, Mario Cabré, Marisol... Eran los tiempos del batallón infantil, donde salían los hijos de los que mandaban y de la gente bien de Cádiz. Los niños los envidiaban, aunque yo envidiaba más a las majorettes.
-¿Vio simplemente en el Carnaval otra vía de escape a sus inquietudes artísticas?
-Bueno, mis amigos deciden salir y disfrazarse. Como yo era muy cachondo y nadie se quería vestir de Marilyn Monroe, pues me tocó a mí. Y sacamos la chirigota 'Los peliculeros'. La primera callejera fue 'Los buscaoros', pero yo solo los acompañaba. No salía cantando. La peluca de Marilyn era una peluca dura de Vicente del Moral, con la escayola. No veas el Carnaval que yo pasé.
-Los hombres no querían entonces vestirse de mujer, supongo.
-Nadie. Yo fui pionera..... jajajajaja. Bueno, para ser justos, Emilio Rosado iba de la bruja de Blancanieves. En 'Los churreros de la guapa', 'Los morazos de la sultana de coco'.... en todas siempre fui de mujer. Bueno, no. En 'Los del pellejazo' no me dejaron salir de azafata.
-¿Y eso?
-El Gómez dijo que a mí no querían convertirme en el Maspapas de la chirigota. ¡Lo que yo hubiera gozado vestido de azafata! Y Gómez lo hizo por cariño, fíjate.
-A usted le gustaba provocar, no me diga que no.
-Totalmente. Si no, no vale ná. Provocar era entrar y decirle al camarero: "Le voy a cantar un cuplesito y me pone un cafelito". Eso me lo enseñó Marcos Zilbermann. Jamás he pagado una copa de vino en Carnaval. Un día me quisieron cobrar en el freidor de Las Flores y me subí en lo alto del mostrador. Formé un escándalo bailando como protesta. Hay fotos de eso. Con 'La pequeña Melody y sus secuestradores'. Lo conseguí. No me cobraron el cazón. No, picha. Los que estamos cantando te estamos llenando la calle, el bar, y no me vas a cobrar una copa a mí. Ni mijita.
-¿Por qué acabó aquella etapa suya en la calle?
-Bueno, de alguna forma se rompió la chirigota inicial porque se cansaron de cantar de forma mamarrachera y ya querían cantar bonito. De ahí surgió 'Seis ratas por habitantes', 'Los hijos secretos de Lola Flores'... Yo no cabía ahí porque lo iba a estropear todo. Lo que habíamos criticado, ahora lo querían hacer algunos. Refinarse. Eso sí, cuando salía me echaban un cable porque en vez de ir a muchos ensayos me iba a maquillar agrupaciones del Concurso.
-¿Qué opina del Concurso de Agrupaciones?
-Me gusta el espectáculo. Es teatro, cachondeo, ambiente... pero me cansa la saturación. Con menos se disfrutaría más. Un popurrí, otro, una presentación de vergüenza ajena. Miro para otro lado, sufro. Hombre, hay cosas buenas, pero pocas.
-Es una voz autorizada para hablar del Carnaval en la calle. ¿Cómo lo ve ahora?
-Está muy bien, cada vez me sorprendo más de la capacidad creativa. Los que salen ahora siguen teniendo la poca vergüenza necesaria, el sellito ese que se va heredando. Y la gracia.
-¿Sigue acudiendo a la calle a ver agrupaciones?
-A mí me duele mucho la espalda (risas). No estoy para estar de pie. Escoñao, operado de tres hernias discales. No estoy del todo mal. Podría jugar al hula-hoop. Bueno, eso quizás sería un exceso.
-¿Hay alguna posibilidad de ver a Paco Leal otra vez cantando en la calle?
-Yo no he cerrado ninguna puerta. No lo descarto. Según como me coja el cuerpo. Lo mismo me animo un año.
-¿Qué opinión tiene sobre el cambio político que se ha producido en la ciudad?
-Estoy muy contento. Espero mucho de este alcalde y de la gente joven que ha entrado. Espero también no ser defraudado. Y ya veo que están tirando por el camino que tienen que ir. Y nos lo están allanando. Se ve más gente vendiendo en la playa, en los baratillos. Veo que está la gente más pobre comprándose su jersey en las rebajas. Y los que pedían tabaco ya lo están comprando de liar. Algo está ocurriendo. Están dando oportunidades o poniendo menos pegas a los que se buscan la vida. Hay que procurar que la gente recupere su dignidad. Y cuando se recupere la dignidad, a ver si se recupera las formas de vestir.
-¿Qué me dice?
-Aquí no nos vestimos, nos echamos encima cualquier cosa. Se ha perdido la finura y estamos llenos de catetos. Cuánta chancla, cuánta uña larga.... Mucha gente no avanza. El otro día se le cayó a una en la cola del Supersol el monedero con todos los dientes de leche del nieto. Toda la cola buscando los dientes. Mucha gente mayor muy torpe. Respeto hacia las personas mayores, sí. Pero que se pongan al día. Gente que le cuenta su vida a las cajeras y los demás esperando. Esta ciudad tiene un problema de formación, de actitud. Y se vanaglorian muchos de su ignorancia, eso es increíble. Hay mucha dejadez.


jueves, 21 de mayo de 2015

Fallecimiento de Enrique Villegas Vélez


 José María Jurado es socio fundador de la Peña "Los Dedócratas"

En homenaje al autor, publicamos la crónica de su intervención en el XVI Ciclo de Conferencias "Jueves Dedócratas" allá por el año 2007.
Desde aquí trasladamos a sus familiares y amigos, nuestro mas sentido pésame.
Que la tierra le sea leve.


XVI CICLO DE LOS JUEVES DEDÓCRATAS

Conferencia del día 29 de Noviembre de 2007

“Historietas carnavalescas”
por  Enrique Villegas Vélez

D. Enrique Villegas Vélez y la “Antología de Enrique Villegas”, fueron los invitados del último de los "JUEVES DEDÓCRATAS" celebrado hasta la fecha y que tuvo lugar el pasado día 29 de noviembre. Presentó al conferenciante D. José Mª Jurado, socio y Secretario de la entidad quien hizo un recorrido por los aspectos principales de la biografía del invitado destacando las 36 agrupaciones de su autoría, la “epopeya” de Los Beatles de Cádiz”, las múltiples composiciones, coreografías, discos, películas, televisión y primera agrupación carnavalesca que fue contratada en América y las distinciones de Hijo Adoptivo de Cádiz y Medalla de Oro de Andalucía. La conferencia de Enrique Villegas, titulada HISTORIETAS CARNAVALESCAS, supuso un ameno popurrí de historietas vividas por su autor, deteniéndose en destacar con mucho aprecio a otros personajes carnavalescos y haciendo escasa referencia a su propia obra. Momento emotivo fue el emocionado recuerdo a su amigo Paco Alba y la solicitud pública de algún tipo de homenaje para José Peña Herrera “El Peña”, lo que cosechó numerosos aplausos, por considerarlo un artista total, que alegró la vida de mucha gente durante muchos años, deteniéndose en recordar sabrosas anécdotas de “Peñita”, como gustaba ser llamado. Tras la intervención de Enrique y con el salón repleto de público comenzó la desinteresada actuación la “Antología de Enrique Villegas” formada por conocidos comparsistas como Manuel Ariza González, Carmelo García Muñoz, José Estrada Jurado, José Luis Ariza Iglesias, José María Bohórquez Fuente, Juan Manuel Rodríguez Vergara y Enrique Carrillo de Albornoz Rodríguez, bajo la dirección de Norberto Iglesias Usero, quienes desgranaron parte del repertorio de “Los Beatles” “El Oro de Andalucía”, “Los Dandys” “Hombres Lobo”, “Quince Piedras” “Charlot” y algunas, poco conocidas hasta ahora, rumbas que Villegas escribiera para “Los Lunares”. Finalmente se tuvo una pequeña distinción con la Antología y la “Estatuilla Dedocrática” para Enrique Villegas. Cerró el acto el titular de la Peña, Martín Periñán, quien agradeció las intervenciones del conferenciante y de la Antología, antes de pasar a disfrutar de un rato de convivencia con todos los presentes.

sábado, 25 de abril de 2015

Despedida de Soltero de Eloy Ponce

En el día de hoy, celebró en la peña su despedida de soltero (¡¡¡por fín!!!), nuestro buen amigo Eloy Ponce, quien proximamente contraerá matrimonio con su adorada Maribel en la población sevillana de Brenes.
Acudieron un nutrido grupo de amigos entre los que se encontraban los temibles "Talibanes Caleteros", grupo músico-vocal que intervendrá en la Misa Nupcial y que ha machacado los oidos de los peñistas durante sus incontables ensayos de las últimas semanas.
Desde aquí deseamos a la simpática pareja toda suerte de parabienes y felicidades en nombre de los peñistas.
En un ataque de valor, propiciado por la ingesta de abundantísimo café, el novio se atrevió a asomarse a la calle Rosario de esta innombrable guisa.
Menos mal que no pasaba nadie.