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martes, 5 de febrero de 2013

Obituario. Antonio Pérez Sauci

Periodista de la vieja escuela

Fallece a los 66 años Antonio Pérez Sauci, que fue subdirector de 'Diario de Cádiz' y creador del Diario del Carnaval, y pregonero de la Semana Santa de 1994
DIARIO DE CÁDIZ - Redacción 05.02.2013 
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El periodista Antonio Pérez Sauci falleció al mediodía de ayer en el hospital Puerta del Mar. Tenía 66 años de edad. Nacido en Jerez, desarrolló casi toda su actividad profesional en Diario de Cádiz, a donde llegó en el año 1970.
Antonio Pérez Sauci hizo sus primeros pinitos en el mundo del periodismo en la emisora de Radio Jerez, donde hizo casi de todo, desde retransmitir partidos de fútbol, hasta presentar el programa musical 'Desencadenando melodías'.
Hijo de Antonio Pérez de Cos y Rosa Sauci Sánchez, que todavía vive, cursó estudios primarios en el colegio La Salle-San José, y desde siempre estuvo muy unido al mundo cofrade, algo que le acompañará toda su vida. Su actividad periodística le ha inmortalizado pero también el que su cara sirviera de modelo para la talla de un niño hebreo que procesiona todos los años en el misterio de la Borriquita de Jerez, cuya hermandad fue fundada por su padre.
Llegó a la histórica redacción de la calle Ceballos de la mano de Federico Joly Höhr en el año 1970 como auxiliar de redacción. Cuentan los más antiguos de esta casa que uno de sus primeros trabajos fue entrevistar a un autor de Carnaval, fiesta con la que no estaba familiarizado en absoluto, tanto que incluso llegó a preguntarle si todos los años cambiaban el repertorio.
Pero Antonio Pérez Sauci se empapó de Cádiz y se convirtió en un gaditano más que amaba las cosas de la ciudad. Y de ese desconocimiento de la fiesta pasó con el paso de los años a dominarla. Así, una de las principales aportaciones fue la creación del Diario del Carnaval y, por supuesto, el Jurado Diario, el principal termómetro de la marcha del concurso. Y en esta obra que ha quedado para la posteridad también nació la figura de Doña Cuaresma.
También ha estado vinculado de una manera muy directa a una de las peñas más antiguas de la ciudad, la del histórico coro de 'Los dedócratas', en la que ostentaba el título de socio de honor.
Antonio Pérez Sauci, un periodista de la vieja escuela, ha entrevistado a las principales personalidades que han pasado por la ciudad, primero como redactor, posteriormente como redactor-jefe y más tarde como subdirector, donde fue nombrado ya a finales de los años 80.
Pérez Sauci fue uno de los primeros periodistas que elevó a categoría de género periodístico la información cofrade, lo que le llevó a pregonar la Semana Santa gaditana en el año 1994.
En sus últimos años de vida, ya retirado de la primera línea de fuego periodística, no faltaba a su cita todos los sábados desde su sección 'La plazuela de la Cruz, de la Verdad y el Mentidero', donde hacía un repaso ciudadano de todo lo que ocurría en Cádiz.
Antonio Pérez Sauci tuvo tres hijos con la también periodista Ana María Rodríguez Tenorio, Antonio, Ana Cora y Mar. Desde hace varios años su pareja era Nieves Martínez, que lo acompañó hasta el final de su vida.
El periodista será despedido a las cuatro de la tarde de hoy en el tanatorio de Servisa. En el día de ayer pasaron numerosas personas por estas instalaciones para acompañar a sus seres queridos, entre ellos la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez.

viernes, 1 de febrero de 2013

Lo siento, picha

No sabía yo que el RH gadita, incluiría entre otras cosas "haber perseguido a Los Dedócratas".Lo que sí puedo afirmar es que si fuese realidad la cantidad de gaditanos que de una u otra manera manifiestan haber formado parte de dicho coro, Los Dedócratas hubiesen sido una especie de Orfeón Donostiarra.
En cualquier caso, agradecer a Fernando Santiago, la referencia al coro de 1977, tan querido por todos nosotros.



Lo siento, picha

Fernando Santiago Muñoz | 1 de febrero de 2013

CUMPLO el encargo efectuado por el maestro. No sé en qué momento ni a quién se le ocurrió la escatológica frase de “Lo siento, picha, no tó er mundo puede ser de Cai”. Yo la vi por primera vez en unas camisetas y pensé lo mismo que puede pensar cualquiera: es verdad, todo el mundo no puede ser de Cádiz, pero serlo no tiene ningún mérito. En el fondo lo más gaditano es tener un apellido genovés o si acaso escocés o normando. Todos los apellidos italianos de Cádiz denotan que la familia del que lo luce lleva viviendo en Cádiz varios siglos, quizás desde el XVIII, cuando se instalaron en la ciudad las principales casas comerciales de Europa. El resto son de recebo: mezcla de familia gaditana y de fuera, ambos padres nacidos fuera y llegados luego a la ciudad . Aún así queda establecido el elogio al linaje gaditano, el RH de Cádiz que incluye haber sido bautizado en La Palma o Santa María, haber jugado con pelota de trapo en la plaza Mina, haber saltado desde el Puente Canal, haber visto el rayo verde en La Caleta, haber jugado al mangüiti, haber gritado “¡Cabeza!” en el cine Caleta , ser socio del Cádiz de cuando Fernando Carvallo, ser hermano de varias cofradías y salir con el cirio en la mano , haber perseguido a Los Dedócratas, haber visto a las majorettes de Monpellier por el Campo del Sur, haber metido mano en una tronera o pelado la pava bajo el árbol gordo. Es posible que en lo más profundo de las cuevas de María Moco esté depositado el árbol genealógico gaditano de la misma manera que los mormones tienen guardado el de la humanidad en una montaña de Salt Lake City .Quizás allí se refleje el gotha local para expedir los certificados correspondientes.

Hubo un tiempo en que la gente de Cádiz era conocida en toda España por los quillos. A partir de la primera edición del lamentable programa Gran Hermano, ganado por uno de Cádiz que popularizó el no menos lamentable y chabacano picha, así se nos conoce ahora. Si Cádiz fue cosmopolita ahora somos graciosos y catetos a partes iguales. Si antes llevar un apellido italiano era síntoma de gaditanía, cualquier día alguien pondrá una pega o se inventará una frase anganga. Espero que los que se llaman a sí mismos gaditas salgan más, que el nacionalismo se cura viajando.

Diario de Cádiz   01.02.2013